Posteado por: Julian | 16 junio 2013

Buscando el rally del desierto la selva, el cielo y un deshidratado

Llegar al dakar, tomar las fotos con los camones que era mi objetivo, acompañar a Jorge nuestro amigo aventurero y vivir la experiencia de miles de kilometros recorridos pagan cualquier sacrificio, cualquier dolor y cualquier incomodidad que a veces se pueda sentir, y aun falta mucho, mucho de esta crónica, aquí comienza la tercera entrada con las fotos oficiales de la delegación Colombiana en el rally 2013, aqui la niña de Marco Saldarriaga.

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Después de tantas fotos tomadas nos fuimos para las playas del silencio, lugar donde este amigo mochilero se estaba quedando y quien nos ofreció quedarnos unos días con él, a eso de las 6 pasadas ya empezaba a bajar el sol en su ocaso y decidimos sentarnos a conversar en la playa y a tomar fotos mientras nos disfrutábamos  una cusqueña y una cristal, y el cielo cambiaba de azul a rojo cobrizo.

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Esa noche fue un poco difícil pues una vez llegados a Lima el cansancio se hizo más evidente ya iban 6 días sin descanso y eso va sumando, a la mañana siguiente decidimos no salir a ver la largada del rally pues las calles estaban demasiado congestionadas, sin embargo como estábamos al sur y la caravana pasaba por la panamericana rumbo a pisco decidimos esperarlos y hacer el recorrido con ellos, el rally es demasiado duro pues aunque las etapas del día son casi todas en el desierto, los competidores tienen que hacer la ruta de enlace hasta el próximo punto donde inicia al día siguiente, entonces después de hacer cientos de kilómetros en la competencia al terminarla tienen que seguir rodando hasta la próxima partida de la etapa, así fue que el primer día rodamos los casi 300 km en el enlace Lima pisco.

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La emoción de oír rugir los buggis, seguir los camiones y acompañar la caravana pagó totalmente este viaje, y lo volvería a hacer por la camaradería que se vive en esta competencia.

Al llegar a pisco se observaba la gran cantidad de vehículos que ingresaban al desierto para la primera etapa, la idea era acampar y observar la etapa desde adentro, sin embargo nosotros no llevábamos carpa, la temperatura ambiente estaba alrededor de los 40 grados y para ese momento los 4000 kilómetros que llevábamos estaban pasando factura, decidimos continuar rumbo a Ica allí buscaríamos un buen hotel y descansaríamos nosotros y le daríamos una tregua a la pechugona.

Ica es un desierto por completo, el calor abrazador de casi 35 grados o más pica en los poros, fue una ventaja habernos quedado en el hotel Sol de Ica, a 2 cuadras de la plaza de armas era un verdadero oasis con su piscina incluida, aire acondicionado, bufett y un gran parqueadero donde las motos dormirían vigiladas por circuito cerrado de televisión.

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Para este momento ya habíamos rodado cerca de 4000 kilómetros y un poco más de ocho días en los cuales habíamos conocido medio Perú, después de analizar los costos, el tiempo que aun teníamos, el hecho que ya casi no había rayita y que aún faltaba mucho camino hasta cusco, en moto serian alrededor de otros 1000 kilómetros y había que atravesar la sierra, eso implicaría al menos 2 días enroscándole al acelerador, la decisión tomada fue comprar 2 tiquetes vía cruz del sur, esta es una de las empresas de buses más reconocidos del Perú, por 185 soles por persona algo así como 130.000 haríamos el recorrido en 22 horas hasta el destino, la ventaja aquí es que los buses son de 2 pisos, te dan comida, las sillas son reclinables 160 grados y hasta terramoza tienen, aquí dormimos, recuperamos fuerzas y descansamos mientras otro  conducía, si hubiera tenido más tiempo hubiéramos recorrido en la moto pero en este caso hicimos en 1 día lo que en la pechu nos hubiera tomado 3.

A eso de las 8 de la noche compramos los tiquetes para el siguiente día para así tener disponible la mañana para hacer pereza, meternos a la piscina, broncear el cuerpecito caribeño, cubrir y dejar asegurada las cositas de la moto y sobre todo tener la tarde disponible para comprar el pisco que se convertiría en los regalos para los amigos y la familia en Medellín, a las 620 pm salía nuestro transporte.

En la mañana del otro día efectivamente nos levantamos tarde, fuimos a la recepción del hotel para averiguar si nos permitían dejar la moto durante los 6 días que más o menos teníamos presupuestado hacer el recorrido cusco-machupiccu, ese día el administrador no estaba, y durante toda la mañana fue imposible localizarlo, después de desayunar me fui a buscar un parqueadero cerca  a la plaza de armas, ninguno me dio confianza, la mayoría eran grandes espacios de tierra pisada en donde los vehículos aguantando sol esperaban las gotas de lluvia que refrescara sus ardientes latas, esto nunca pasaba, yo no quería dejar la moto al sol durante tanto tiempo y finalmente después de que apareció el administrador del hotel y aunque un poco aprovechado cobrarnos 100 soles por dejar la moto 6 días en el sol de Ica la moto estaría segura, bajo techo, y 100% vigilada.

Lo bonito del destino es que permite que las cosas se den por una razón y los siguientes párrafos lo confirman.

Hecho el negocio del parqueo nos bañamos con calma, empacamos 1 sola muda de ropa, una pequeña maletica para el viaje al Cusco, aunque el check out del hotel era a las 11 de la mañana, con la espera y con un poco de parsimonia estuvimos registrando nuestra salida casi a las 2 de la tarde, en el momento en el que íbamos a salir sonó el teléfono de la recepción, Señor Correa, tiene una llamada telefónica, una qué?  Dije yo, estábamos en la mitad del Perú, nadie tenía nuestro teléfono, y cómo es posible que tenga una llamada, bueno a contestar:

En acento peruano escuche lo siguiente:

–   buenas señor, mire es que su amigo se desmayó aquí en el grifo Subtanhaia.
–   Disculpe, usted quien es, cual amigo, usted de que está hablando?

Una vos pausada y dolida se escuchó al otro lado de la línea telefónica

–   Julian, soy lucho ayúdenme por favor, en ese momento la primera persona volvió a hablar por el teléfono, mire señor correa su amigo está en un grifo, está muy mal venga a recogerlo.

Erda, lucho, el paisa bogotano que habíamos conocido en Ipiales y con el que nos habíamos atravesado el país se había separado de los otros dos moteros y en la búsqueda de una mejor ubicación para ver la carrera del rally se había ido con poca comida y poco agua a las arenas del calor infernal de pisco, entrada la tarde regresando a Ica sintió que sus fuerzas se iban y como pudo alcanzó a llegar a una bomba de gasolina donde cerca de una mini mercado alcanzo a bajar de su Versys y cayo desmayado bajo la hipertermia, la señora que atendía el lugar al ver a nuestro amigo lo recogió y lo sentó a las afueras del local, lucho no era capaz de articular bien las palabras, temblaba y lloraba por la sensación de desubicación y el dolor de cabeza producto del calor, la noche anterior nosotros habíamos dado nuestra ubicación en el whatsapp y  esto fue lo que lucho alcanzo a mostrarle a la señora y así fue que pudieron contactarnos.

Le compramos 2 litros de suero y fuimos a recogerlo en un taxi, allí lo encontramos pálido, temblando y en muy mal estado, después de hidratarlo tomamos un taxi, yo tome su moto y lo llevamos nuevamente al hotel donde teníamos la moto guardada, allí nos permitieron que se duchara para que bajara la temperatura, también nos permitieron por los mismos 100 soles guardar su moto hasta que regresáramos de cusco, el salía a las 930 así que teníamos hasta las  6 para estar con el hombre y estar seguros que se recuperará.

Dimos varias vueltas por Ica, fuimos a una pollería a buscar almuerzo mientras hacíamos tiempo, al llegar las 6 de la tarde nos fuimos para la terminal cruz del sur y lucho siguió en el parque mientras su bus de las 9 llegaba, las comodidades del transporte eran como habían sido prometidas, unas sillas en 160 grados muy cómodas, 1 televisor cada 4 sillas, películas todo el camino, audífonos para cada pasajero,  terramoza, Wifi, cobija y almohada para hacer más placentero el camino, desayuno y almuerzo a bordo y aunque el viaje al cusco fueron cerca de 18 horas desde lo volvería hacer por la comodidad en la que se viaja por estas tierras.

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A las 10 de la mañana del otro día llegamos al cusco, y ya durante la noche vía whatsapp habíamos hablado con los bogotanos amigos desde Ipiales, ellos ya nos tenían reservada una habitación matrimonial el hostal Pirwa que por 30 dólares sin mucho buscar era una buena opción, mate de coca y pan para la media mañana y a esperar a que lucho llegue para irnos todos juntos para el destino clave de este paseo, machu picchu.

Aunque colonial y todo lo historico que se quiera, Cusco  no es de mi gusto, demasiado comercio, concuerdo con JuanchoF, un amigo motero,  que todo el mundo te ve la cara de turista y te quiere dar en la cabeza, mucho gringo y muy desculturizado y poco auténtico para mi gusto, las edificaciones si estupendas pero siguen el dicho popular del siguiente parrafo.
De la mitad para abajo las construcciones fueron hechas por los incas, de la mitad para abajo por los incapaces, haciendo alusión a que para desarraigar al pueblo del imperio, el conquistador quemo y demolió casi hasta los cimientos las más grandes maravillas y allí construyo iglesias, tristeza de indio me da el panorama que aquí se ve, muy parecido a como estamos dejando  perder nuestras tradiciones o sino a quien se le ocurriría san Valentín y papa Noel en Colombia, pero weno seremos lo que hagamos.

Mientras esperábamos al deshidratado, como le llamaríamos durante parte del paseo, buscamos el tour, cusco es una ciudad demasiado turística, encuentras planes por todas partes, todo el mundo te quiere dar en la cabeza, encuentras hasta McDonald’s en la plaza de armas, mucho extranjero y todo muy dolarizado, encontramos 2 toures uno de 100 dólares medio mochilero de 2 días con caminada en la sierra, en colectivo y con entrada a mpicchu, el otro era de 230 dólares, 1 solo día y en tren, de haber sabido la segunda opción aunque más cara era la mejor, porque el colectivo este te lleva por una vía de mil curvas y precipicios, aunque es más barato el cuerpo también necesita horas de descanso.

Desde el Cusco a las 8 de la mañana llegamos a Oyantaytambo a eso de la 1 de la tarde, de allí se continuo por una completa trocha hasta Hidroeléctrica, sitio donde paran todos los vehículos y solo se puede seguir en tren o en caminando, en este plan de 100 dólares teníamos una caminada de 9 kilómetros que al ritmo de la lluvia que mojaba nuestros zapatos y pantalones nos tomó cerca de 3 horas y una mini pelea con la novia, pero bueno finalmente estábamos en Aguascalientes, el pueblo con aire de mochilero donde se duerme y se espera el amanecer para hacer el trayecto a la nueva maravilla de la humanidad.

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Puedo decir que esta es mi segunda subida a Machupicchu y cada vez ha tenido su atractivo diferente, este es un lugar muy recomendado pueden leer mi primera crónica en el siguiente enlace de hace 3 años.

https://paseandoando.wordpress.com/2010/02/21/si-puedes-wayna-picchu-lo-puedes-todo/

Regresar caminando fue muy divertido, recargados de energía de la montaña, y con nuevos ánimos hicimos el recorrido en algo más de 2 horas, se recogen las maletas y al medio día teníamos que estar en el tren hacia hidroeléctrica, allí nos esperaría nuevamente el colectivo y sus mil curvas que revolvieron el estómago de mi amigo deshidratado pero weno, a veces se hacen pequeños sacrificios por conocer y disfrutar, todo hace parte del paseo.
De regreso al cusco nos dejamos convencer de no pagar los 180 soles de cruz del sur y buscar una opción más barata, finalmente encontramos un bus de 100 soles que nos llevaría a Ica, terrible error, que lechero, que incomodidad, hasta vendedores se subieron al bus, no tenía comida y el recorrido fue eterno,  el momento más feliz fue llegar por fin.
Los 100 soles pagados por las motos  en el parqueadero tuvieron recompensa, pudimos hacerle mantenimiento a las nenas, cambio de aceite, tensionada de cadena, una pequeña lavada, cambio de filtro de aire de la versys, nos permitieron estar a nuestras anchas en el parqueadero, al son de una cusqueña deliciosa y de la frescura de la piscina se atenuó un poco el cansancio del lechero en el que habíamos viajado, nota mental, para la próxima o en cruz del sur o en moto, nada ahorrarme unos soles a costa de una noche de perros.

A la 1 de la tarde ya con el baño listo, las motos con mantenimiento, el equipaje cargado y los ánimos listos, iniciamos el retorno a lima, no sin antes parar en el grifo Subtanhaia, a darle las gracias a la señora que salvo la vida de lucho, el deshidratado, allí pegamos la imagen oficial de nuestro recorrido y la foto del abrazo motero de agradecimiento por la buena obra para con nosotros.

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A una hora de recorrido después de despedirnos de la señora paramos a averiguar el pisco que no habíamos podido comprar, tomar un poco de agua y comer algo pues no habíamos almorzado y queríamos llegar antes de que cayera la noche a lima.

Mal almorzados pero con ganas de llegar a lima casi a la 1 de la tarde salimos del hotel y en el recorrido nos encontramos con cesar, un motero que en su pulsar 220, novia y equipaje en el asiento trasero fue hasta puno a ver con sus ojos las aguas del lago más alto sobre el nivel del mar, el hombre andaaaaba en su moto, y nosotros quejándonos de lo lejos que habíamos llegado y lo cansados que estábamos y el hombre en una moto 3 veces más pequeña que la nuestra, como si nada, es que hay dos clases de moteros, nosotros los de azúcar y los otros, los  de verdad.

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La entrada a lima fue un poco caótica, típica de un jueves de trabajo en una gran urbe metropolitana, acompañamos hasta Miraflores a lucho, coordinamos con él la salida del otro día y nos reencontramos con Andrés, Willy, sus respectivas señoras, las nenas y no podía faltar la vueltica en bandida por las calles de lima, luego de la adrenalina y algunos kilómetros recorridos que desanimo al montar nuevamente en la pechugona, la vi cual purgada, pero cómoda si paque.

Hemos llegado nuevamente a lima y aunque el regreso apenas empieza, aqui termina por hoy este relato.


Respuestas

  1. q exelente regalo y relato julian, me transporta denuevo a esa aventura solo con leer y recorgar mas que la aventura las buenas personas y amistades q quedan,, un abrazo


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